18 marzo 2012

La comezón de las bodas de oro

- “Y como te venía diciendo vieja, estábamos jugando a las bochas cuando se apareció Don Manolo y nos contó que ....” Casi con la mirada perdida en un punto imaginario Verónica escuchaba, trataba de escuchar, pero no lograba prestar atención a lo que le estaba contando su marido, su hombre, y se preguntaba a si misma, sin emitir sonido “Digo yo...qué hice yo para merecer esto??????” Qué hizo... lo que cualquier mujer de su época por costumbre, moral, y educación, hizo, casarse joven, con el vecinito del barrio, su primer y único novio, pero sería su primer y único amor????Patrañas! pensaba ella.. Para Verónica, las cosas eran diferentes,,,ya estaba cansada de la misma rutina, de cocinar, planchar, lavar, ella estaba “para otras cosas”, o eso es lo que le había planteado ese buen mozo que conoció aquella tarde de primavera mientras estaba sentada en la plaza de la calle Alberdi. Si, ese hombre que apareció de la nada y se puso a hablar con ella de temas que a ella le interesaban, no era para nada machista, y eso a ella le gustaba,, o al menos, lo que le gustaba, era que alguien la escuchara. Y Verónica comenzó a buscar excusas para ir a hacer algún mandado, o para ir a ver a Doña Juana, o doña mengana, o ir a pagar un impuesto, todo para pasar por la plaza de la calle Alberdi, y encontrarlo al señor por casualidad o causalidad. Pero un día sintió culpa.. por qué estaba constantemente pensando en el momento de volver a cruzar a ese Ser que le estaba quitando el sueño? Por qué a esta altura de su vida, en la cual pensaba que estaba todo hecho y dicho? Pero Juan, ese era su nombre, le dijo que las cosas por algo suceden y que ella aún estaba a tiempo de revertir su situación sin daños a terceros... Verónica no quería pensar más allá de las posibilidades que se le podrían presentar, a ella le hacía bien hablar con alguien que la entendía, pero no quería echar por la borda tantos años de matrimonio, de hijos y nietos en el haber... pero que podría hacer ella para no carcomerse en el pecado, en la infidelidad...y Verónica inventaba excusas, para verlo a Juan, y Juan hacía lo mismo por Verónica..pero ninguno de los dos podía, ninguno?, dejar atrás su presente para construir un futuro juntos, miedo tal vez, coraje, ética, moral, un poco de todo, un poco de nada.. entonces Verónica lo único que hacía era pensar en dónde encontrarse la próxima vez, mientras escuchaba o trataba de escuchar o intentaba escuchar a su marido, a su “único” amor de la vida.... - “.... se va a ir a visitar al hermano a Italia, viste que ellos son Roma, y bueno, capaz que se va para ver si puede hacer los trámites para cobrar la jubilación...”